Los humanos deseaban desde lo más profundo de su ser la destrucción de su propio mundo. En otras palabras, la erradicación de la realidad creada por sus egos.
La misión en Viyam continúa: las heridas se acumulan tanto en el assurendra como en Reda y el resto de los integrantes del equipo militar. La encarnizada batalla no parece tener fin pero el verdadero combate sigue librándose dentro de las mentes de los supervivientes.