Los Deadly Sins se ven acorralados ante el inmenso poder de Chandler, antiguo maestro de Meliodas, quien no cesará su ataque hasta llevarse consigo a su discípulo. Por suerte, Drole y Gloxinia, antiguos mandamientos, los salvan en el último momento deseosos de redimirse ayudando a nuestros héroes. A pesar de su sacrificio, no consiguen aplacar el poder del viejo demonio y será el propio Meliodas quien se marchará junto a él por propia voluntad. A pesar de hacerle prometer que se iría mientras no lastimase a ninguno de sus compañeros, algo ha cambiado en los ojos del capitán